
ABSTRACCIÓN LIRICA
A la abstracción lírica también se le conoce como abstracción espontánea, que como su nombre lo indica, se basa en acciones libres y espontáneas que no llevan ningún tipo de preparación por parte del artista.
En este tipo de arte los materiales y técnicas cumplen un objetivo fundamental porque son parte esencial de la composición.
A mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, quedó en Europa un sentimiento de desconfianza y duda ante los valores que se habían perdido como consecuencia de los horrores de la guerra. Los artistas, en calidad de portavoces, comenzaron a plasmar este sentimiento en sus producciones, lo que dio como resultado un arte completamente expresivo basado en la experimentación, la espontaneidad y lo informal.
De aquí surgió el término “informalismo” con el que se conoció a la abstracción lírica en Europa y expresionismo abstracto en Estados Unidos, donde se ejecutó paralelamente.
Una de las características más importantes de las obras de la abstracción lírica es el proceso creativo, una especie de extensión del sentimiento que experimenta el artista y que pasa de una manera “automática” a la superficie del cuadro. Hay quien dice que dentro de este estilo es más importante el proceso creativo que la obra misma.
Esta corriente artística estuvo muy influida por el existencialismo de los filósofos Martin Heidegger y Jean Paul Sartre, quienes en sus teorías buscaban exaltar la libertad total del artista para expresar sus emociones, vivencias e ideas, influyendo con esto, a los artistas europeos de su tiempo.
Algo importante que agregar sobre la abstracción lírica y espontánea es la importancia que los artistas dan a las obras creadas por los hombres de las cavernas, en lo que se conoce como arte primitivo, así como el creado por niños y por enfermos mentales. Su valor radica en lo inconsciente o en lo primitivo de estas obras por considerar que estas personas las elaborar de una manera completamente libre, pura y espontánea.